«Se deberán aprovechar los pocos momentos de tregua que el clima ofrece para ingresar con las máquinas a los lotes a cosechar, buscando como siempre que el impacto de las pérdidas sea el menor posible», destacó el INTA.
Y continúa: «Ante esta realidad, se deberán aprovechar los pocos momentos de tregua que el clima ofrece para ingresar con las máquinas a los lotes a cosechar, buscando como siempre que el impacto de las pérdidas sea el menor posible. Para ello, la cosechadora deberá estar preparada para poder transitar sobre un suelo con muy baja capacidad portante -es decir, alto riesgo de empantanamiento-, ajustada para poder cortar plantas debilitadas y con chauchas de fácil apertura, regulada para alimentar eficientemente su sistema de trilla con material húmedo y calibrada para limpiar eficientemente el grano entre materiales con peso específico similares.
«En primer lugar, para facilitar el tránsito de la cosechadora sobre el suelo anegado, se deberá reducir la presión de inflado de los neumáticos, entre un 20 a un 30 % de lo normal, para aumentar la flotabilidad. Siempre será preferible y recomendable que la máquina esté configurada con neumáticos radiales (50 % menos libras de inflado) y de disposición dual o trial por eje (neumáticos externos más desinflados y gastados que el interno). Con radiales y duales se podrá reducir prácticamente a la mitad la presión específica sobre el suelo y, por ende, duplicar la flotabilidad del equipo», argumenta el informe.