Las débiles perspectivas de precios de las materas primas en los mercados mundiales podrían restar casi 1% anual a la tasa de crecimiento de los países exportadores de productos básicos (entre los que se encuentra la Argentina) en los próximos años, según advierte el Capítulo II del Panorama Económico Mundial (WEO) dado a conocer este lunes por el Fondo Monetario Internacional. Asimismo, el FMI difundió también el Capítulo III del WEO en el que afirma que «los movimientos del tipo de cambio todavía tienen efectos considerables sobre las exportaciones y las importaciones».
De acuerdo con los cálculos del Fondo, un 10% de depreciación real en la moneda de una economía tiene un impacto positivo, en promedio, de 1,5% del PIB sobre las exportaciones.
Precisamente, el nivel del tipo de cambio real ha sido uno de los temas más debatidos en los últimos meses en la Argentina. Economistas del sector privado y de la oposición vienen advirtiendo sobre lo que consideran el retraso del tipo de cambio oficial.
Un informe dado a conocer el viernes pasado por el Banco de Inversión Merrill Lynch sostiene que el peso argentino y el bolívar venezolano «son las monedas más sobrevaluadas en el universo de los mercados emergentes» -aunque también reconoce que estos dos países, frente a las perspectivas de un cambio político, son los que presentan mayor potencial de recuperación.
La situación externa del país se ha complicado como consecuencia de la devaluación en Brasil, el principal socio comercial de la Argentina. De acuerdo con los cálculos del Banco Central, en lo que va del año el peso argentino tuvo una revaluación superior al 18% con relación al real brasileño.
El trabajo del Fondo sale al cruce de algunas opiniones en cuanto a que los movimientos del tipo de cambio son menos relevantes de lo que solían ser para el comercio. Para arribar a sus conclusiones, el organismo internacional analizó numerosas experiencias entre las que se encuentran las grandes devaluaciones del tipo de cambio en Finlandia y Suecia en 1993; Tailandia y Corea en 1997 y 1998, respectivamente; Rusia en 1998; Brasil en 1999, y Argentina en 2002.
De estas observaciones resulta que una devaluación real del 10% de la moneda provoca un aumento promedio de 1,5% del PBI en las exportaciones, aunque reconoce que puede haber variaciones sustanciales según el país que se considere.
El trabajo concluye que «los movimientos del tipo de cambio todavía tienen efectos considerables sobre las exportaciones y las importaciones» y, en este sentido, señala que «los tipos de cambio todavía pueden ayudar a reducir los desequilibrios comerciales».
• Secuelas
En un estudio en el que se analizan «las secuelas del boom de precios» de las commodities, el Fondo Monetario Internacional advierte que «las economías exportadoras de materias primas están en una coyuntura difícil».
El trabajo demuestra que en los años de buenos precios, con relación a los momentos en los que los valores son bajos, el producto bruto de estas economías crece cerca de 1,5% más, el consumo entre 2 y 2,25% y la inversión entre 8 y 8,5%.
Pero también señala que «los precios de los productos básicos son impredecibles y pueden ser muy volátiles». Pueden permanecer altos o bajos durante períodos prolongados, dando la impresión de que sus niveles son permanentes, antes de exhibir grandes y bruscos cambios.
Para el FMI, la historia reciente no es una excepción. La primera década del siglo mostró un aumento persistente en los precios de las materias primas desde los mínimos de mediados de los ´90, para llegar a niveles récord en 2011. Más recientemente, sin embargo, «los precios de los productos básicos han caído de nuevo, algunos de una manera dramática, y se espera que la situación siga siendo débil durante algún tiempo».
Al respecto, advierte que dadas la magnitud y la duración del último auge de las materias primas, que superó su promedio histórico, la reversión de la tendencia «podría llevar ahora a una caída más aguda»que en el pasado.
Lo concreto es que los precios mundiales de los productos básicos «se redujeron drásticamente en los últimos tres años, y el crecimiento de la producción ha disminuido considerablemente entre los exportadores de materias primas».
Las proyecciones del FMI advierten que los precios débiles que se perfilan para las materias primas, particularmente para la energía y los metales, podrían restar casi 1% anual a la tasa de crecimiento de los países exportadores en el período 2015-17, en comparación con 2012-14. Para los exportadores de energía el panorama es peor, ya que podrían perder, en promedio, 2,25 puntos de crecimiento.
Los resultados del trabajo del Fondo «sugieren que los tipos de cambio más flexibles y marcos de política que eviten un gasto fiscal pro-cíclico excesivo pueden ayudar a los responsables políticos a suavizar el impacto de las fluctuaciones de precios de los productos básicos en sus economías».
El trabajo alerta además, que la caída en los precios de las materias primas no tiene sólo un componente cíclico, sino también estructural. En tal sentido, recomienda «reformas estructurales», entre las que menciona las acciones para eliminar cuellos de botella en infraestructura y la mejora en el clima de negocios y la calidad de la educación.
fuente: AMBITO