Con 57,5 millones de toneladas cosechadas, se caracterizó por alto contenido de aceite, baja proteína y buen aspecto, color y peso. El laboratorio de Calidad Industrial y Valor Agregado de Cereales y Oleaginosas del INTA Marcos Juárez analizó el cultivo en la región.
Las condiciones climáticas influyeron en los resultados y la oleaginosa rindió menos que el ciclo anterior. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en la campaña 2016/17 la soja argentina alcanzará los 57,5 millones de toneladas. A pesar de la gran heterogeneidad, este año se caracterizó por el alto contenido de aceite y el buen aspecto, color y peso de los granos. Para conocer la calidad de la cosecha, el laboratorio de Calidad Industrial y Valor Agregado de Cereales y Oleaginosas del INTA Marcos Juárez–Córdoba– analizó muestras representativas de más de 1,4 millones de toneladas de granos de toda la región núcleo sojera.
Martha Cuniberti, responsable de ese laboratorio del INTA, expresó que “las condiciones climáticas afectaron los rindes y fueron más bajos que el ciclo anterior”. Y aclaró: “Las escasas precipitaciones en la zona núcleo demoraron la fecha ideal de siembra, y luego, lluvias locales e intensas produjeron anegamientos”.
La campaña 2016/17 se caracterizó por presentar buen aspecto de grano y sin daños causados por condiciones climáticas adversas. “Fue escasa la presencia de granos dañados y verdes y, en general, tuvieron buen aspecto, color, peso de mil granos y peso hectolítrico”, indicó Cuniberti.
En cuanto a calidad industrial, el laboratorio del INTA Marcos Juárez observó alto contenido de aceite y bajo de proteína. “Ambos parámetros se relacionan con el rendimiento”, señaló Cuniberti quien explicó que “cuando los rendimientos son mayores, el contenido de proteína baja y sube el aceite”.
En general, la soja argentina se caracteriza por tener alto contenido de aceite y baja proteína. El contenido de proteína en soja de primera fue de 36 % y en la de segunda de 37,5 %, una diferencia de más de 1,5 %.
De hecho, la soja de primera se caracteriza por registrar mayores niveles de aceite. “Para la industria, estos parámetros son importantes en cada cosecha debido a que ayudan a establecer el precio de mercado para harinas proteicas y aceite”, dijo Cuniberti.
En Córdoba, la Bolsa de Cereales provincial, informó que la producción fue de 13,7 millones de toneladas, un ocho por ciento menos que el año anterior. “Estos valores de producción se explican porque el área de siembra de soja se redujo un seis por ciento y, a la vez, el rendimiento obtenido en la campaña en curso fue un ocho por ciento menor”, confirmó la especialista del INTA Marcos Juárez.
En la zona de Marcos Juárez (sudeste de Córdoba), el rinde varió de 37 a 42 quintales por hectárea, hasta 12 quintales menos en comparación al año pasado. “Los rendimientos máximos de esta campaña son muy similares a los de la campaña pasada, con algunos lotes de 60 quintales por hectárea, pero con una frecuencia menor”, analizó Cuniberti y resumió: “En esta campaña predominaron los rendimientos de regulares a buenos”.
En las zonas bonaerenses de Arrecifes, Pergamino, Junín, Chivilcoy, Carmen de Areco y Chacabuco los rendimientos fueron de 35 quintales por hectárea, y en las mejores situaciones, alcanzaron los 48 quintales.
Fuente: INTA