Las virtudes que proporciona un híbrido como el AX 7822 se potencian cuando se le incorpora tecnología. El caso de un productor de Río Cuarto que no dejó nada librado al azar.
Hace más de 20 años que el ingeniero agrónomo Fabián Demasi viene utilizando los híbridos de maíz de Nidera, tanto en lotes propios como en los campos que asesora. Pero hacía bastante tiempo que un material no lo sorprendía como el AX 7822, con el que obtuvo un rendimiento de entre 100 y 105 quintales por hectárea pese a las escasas lluvias.
“A este híbrido lo habíamos usado también el año pasado, pero en menor superficie, y alcanzamos un promedio de 78 quintales”, asegura. Pero en un contexto mucho más favorable, el productor cordobés decidió en esta última campaña apostar fuerte al maíz y le destinó 2.000 hectáreas de las casi 5.000 que arrienda en la localidad de Río Cuarto y alrededores.
La apuesta incluyó también una mayor inversión en todas las áreas: “Antes se hacía muy poco maíz en la zona y gastando lo menos posible, solo para cumplir con la rotación. Pero este año agregamos fertilizantes, en algunos casos también hubo riego y todos los lotes de AX 7822 fueron sembrados con tecnología TD/TG”, anuncia el productor. Los eventos que ofrecen tolerancia a Diatraea y glifosato proporcionaron al híbrido un mayor control sobre las plagas y malezas más importantes que acechan al cultivo.
Demasi resalta la plasticidad del AX 7822: “Siempre trato de usar híbridos que me puedan servir tanto en siembras de primera como de segunda, en campos buenos como regulares, y que en malas condiciones pueda rendir 70 quintales y en un buen escenario llegar incluso a 140 o 145 quintales”.
En ese sentido, el AX 7822 sobresale por su excelente comportamiento en diferentes ambientes y su alto grado de adaptación a toda la zona núcleo maicera. Además, se trata de un híbrido que se destaca por su buen porte, la alta sanidad de su hoja, la tolerancia al Tizón, su inserción baja de la espiga. “Realmente el AX 7822 cubrió mis expectativas. Las lluvias fueron muy escasas en diciembre y en todo el ciclo de cultivo creo que no superó los 400 milímetros. Y pese a todo eso tuvimos un muy buen rendimiento”, agrega el experimentado productor.
El stress térmico tuvo lugar en plena etapa de floración y afectó seriamente a las 1.100 hectáreas sembradas de primera (entre el 2 y el 15 de octubre aproximadamente). Para mitigar los daños, el ingeniero agrónomo optó por regar unas 500 hectáreas con un promedio de 35 mm de agua en vísperas de la Navidad. “Si no hubiéramos tenido esta ola de calor creo que hubiéramos tenido 10 o 15 quintales más de rendimiento”, especula. Tal es el caso de las 900 hectáreas sembradas en segunda (entre el 25 de noviembre y el 10 de diciembre) que con una menor densidad y sin necesidad de regar, superaron el nivel de rendimiento.
“Hacía bastante que no superaba los 100 quintales de rinde. Pero este año hicimos las cosas de manera distinta y obtuvimos un muy buen resultado. Es un híbrido muy recomendable y lo voy a seguir usando”, se sincera el productor de Río Cuarto, quien asegura que también seguirá apostando a la inclusión de mayor tecnología en el cultivo de maíz. Y en ese sentido, la mirada de Demasi está puesta ahora en el Viptera 2 y el VT3P, que posee una “mayor cobertura contra Cogollero e Isoca de la espiga”, y que seguramente serán parte de su próxima campaña.