Ofrece una serie de ventajas que benefician tanto a los productores como al medio ambiente. Aquí exploramos algunos de los principales beneficios de esta innovadora tecnología
Como consecuencia del cambio climático y sus indeseables efectos, el sector agrícola se ha visto obligado a cambiar la forma en la que se cultivan las plantas. Esta adaptación tiene como objetivo no solo adaptarse a las condiciones cambiantes derivadas de este problema, también busca reducir al máximo la huella medioambiental que genera la propia agricultura.
Uno de los avances más destacados es la tecnología de tasa variable, que ha conseguido aumentar la productividad y fomentar la sostenibilidad y la rentabilidad. Esta tecnología permite a los agricultores optimizar el uso de los insumos, ajustando las dosis de aplicación según las necesidades específicas de las distintas zonas de un mismo campo.
¿Qué es exactamente la tecnología de tasa variable?
La tecnología de tasa variable (VRT, Variable Rate Technology) es un tipo de tecnología basada en datos y la automatización para aplicar una dosis variable de insumos en las diferentes áreas del campo. La topografía, diversas características del suelo o la cantidad de vegetación son parámetros que afectan a la cantidad de insumos que se deben aplicar, por lo que una aplicación “estándar” en todas las zonas del campo puede dar lugar a desequilibrios que afectan a la productividad y al medioambiente, con zonas con exceso de un determinado insumo y otras zonas donde apenas hay cantidad.
La principal ventaja de esta tecnología hace que sea posible ajustar la tasa de aplicación sin un cambio manual o tener que realizar varias pasadas. La tecnología de tasa variable se basa en otras tecnologías, como el GPS o los SIG, para localizar ubicaciones precisas en el campo y se complementa con datos recopilados sobre el terreno, normalmente por la maquinaria presente en el campo. El primer paso para usar esta tecnología es la creación de las distintas zonas de gestión, típicamente denominadas zonas de productividad alta, media y baja. Una vez definidas, el mapa de aplicación de tasa variable (VRA) generado indicará dónde y en qué dosis aplicar los productos. Esto trae consigo numerosas ventajas, como las siguientes.
Mayor rendimiento de los cultivos
Seguramente, el mayor beneficio que puede obtener un agricultor del uso de la tecnología de tasa variable es el aumento del rendimiento de los cultivos. Al maximizar la producción, los agricultores obtienen el máximo beneficio posible y se puede garantizar la seguridad alimentaria, tanto la local como la mundial. Mediante estudios, se ha demostrado que el uso de mapas de prescripción de tasa variable obtenidos con la VRT puede lograr un aumento del rendimiento de hasta el 20%.
Optimización de los costes
Los métodos agrícolas tradicionales se caracterizan por una tasa de aplicación uniforme a lo largo y ancho del campo, lo que conduce a un desperdicio innecesario. Ajustar el uso de insumos permite reducir el gasto al aplicar solo la cantidad necesaria. Si bien a corto plazo, la inversión a realizar en equipo y/o software de tecnología de tasa variable puede ser elevada para las explotaciones con menos recursos, a largo plazo el ahorro en el coste de los insumos compensa dicha inversión.
Sostenibilidad medioambiental
Además de los gastos, el otro gran problema de las aplicaciones generales de insumos radica en su capacidad para contaminar el medioambiente. Mediante la escorrentía y la lixiviación, los productos fertilizantes químicos pueden acabar en las masas de agua cercanas, contaminándolas y poniendo en peligro la salud de la flora y la fauna local, así como de los seres humanos. La tecnología de aplicación de dosis variable contribuye a unas prácticas agrícolas más sostenibles que protegen los recursos naturales y favorecen la productividad agrícola a largo plazo.
Mayor precisión y exactitud
Aprovechando las diversas tecnologías en las que se basa la VRT, como el GPS o las imágenes de satélite, es posible conseguir un mapa VRA detallado con el que ajustar la dosis de cada zona. Este nivel de precisión es imposible de alcanzar con los métodos convencionales y conduce a un crecimiento y desarrollo más uniforme de los cultivos.
Mejor toma de decisiones
La agricultura está compuesta por numerosos factores que la afectan, tanto positiva como negativamente. Tener en cuenta todos y cada uno de ellos es la clave para lograr el éxito, pero sin unos datos precisos, los agricultores deben tomar decisiones clave basándose en suposiciones o creencias. La información recopilada por los sistemas de tecnología de tasa variable permite a los agricultores identificar tendencias, diagnosticar problemas con antelación e intervenir a tiempo, generando una capacidad proactiva que mejora la eficiencia y la eficacia de las operaciones agrícolas.
La tecnología de tasa variable está revolucionando la agricultura moderna al ofrecer múltiples ventajas. El uso adecuado de los insumos mediante los mapas de prescripción de tasa variable mejora el rendimiento de los cultivos y la rentabilidad de la explotación, al mismo tiempo que ayuda a conseguir la sostenibilidad medioambiental. La adopción de esta tecnología a gran escala está llamada a tener un papel fundamental en la configuración del futuro de la agricultura, permitiendo a los agricultores el mantenerse a la vanguardia en tecnología y las mejores prácticas agrícolas.
Autor:
Vasyl Cherlinka es Doctor en Biociencias especializado en Edafología (ciencia del suelo), con 30 años de experiencia en este campo. Licenciado en Agroquímica, Agronomía y Edafología, el Dr. Cherlinka lleva muchos años asesorando al sector privado en este tipo de cuestiones.
