La multinacional presentaría recién el año próximo el informe que le garantice la radicación de la planta en Malvinas Argentinas. El documento incluirá un capítulo vinculado con la salud.
La empresa Monsanto sigue con su idea de radicar su planta de acondicionamiento de maíz en Malvinas Argentina. Lejos de abandonar su postura, luego de que en febrero de 2014 la Secretaría de Ambiente de la Provincia rechazara el estudio de impacto ambiental, la empresa avanza en la elaboración de un nuevo informe. Sin embargo, su fecha de presentación no tiene un plazo inmediato.
En principio, el nuevo documento sería puesto a consideración de las autoridades provinciales el año próximo, según admiten voceros de la empresa semillera. De ser así, la definición sobre la radicación de la planta quedaría en manos de la próxima administración provincial.
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Más allá de intentar corregir las falencias identificadas por la Comisión Técnica Interdisciplinaria en el desarrollo del proceso productivo de la futura planta, y que le valió el rechazo al primer informe ambiental, la multinacional trabaja en la elaboración de un estudio más minucioso. El objetivo es no dejar ningún flanco débil que pueda generar otro aplazo y la postergación del proyecto. El nuevo estudio ambiental contendrá un capítulo vinculado con la salud. Esta incorporación es a los fines de estar en sintonía con la exigencia de la nueva ley de ambiente en la provincia (13.428).
La normativa, aprobada en junio pasado, tiene un capítulo referido a las “acciones de salud ambiental”. A través de cuatro artículos específicos, la ley obliga a identificar y medir los factores de riesgo ambiental que puedan ocasionar alteraciones en la salud humana, con énfasis en enfermedades como cáncer, patologías respiratorias, alteraciones endocrinas y el desarrollo neurológico, entre otras.
“No existe un plan B para la radicación de la planta en Córdoba. Elegimos Malvinas Argentinas y estamos convencidos de que vamos a cumplir con los requisitos para continuar con la construcción”, sostienen en la compañía.
Mientras tanto, las obras en el predio de Malvinas Argentinas están paralizadas. En enero del año pasado, la Sala 2ª de la Cámara del Trabajo había resuelto en favor de un amparo presentado en septiembre de 2012 por un grupo ambientalista, que pedía la paralización de las tareas de edificación en el predio ubicado a 16 kilómetros de la ciudad de Córdoba.
Desde el anuncio de su radicación en la provincia, la llegada de Monsanto ha generado el rechazo de los sectores ambientalistas.
En junio de 2012, las autoridades de la compañía estadounidense le anunciaron a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner un plan de inversión en el país por un total de más de 1.600 millones de pesos. El mayor desembolso estaba destinado a la instalación de la planta seleccionadora de maíz en Malvinas Argentinas. Allí se iban a acondicionar para su comercialización 3,5 millones de bolsas de semillas de maíz.
Su puesta en marcha iba a generar 400 nuevos puestos de trabajo.
Cronograma de una obra paralizada
Junio de 2012. Monsanto anuncia su intención de construir en Malvinas Argentinas una planta de acondicionamiento de semillas de maíz para siembra.
Agosto de 2013. Comienza el movimiento de tierra en el predio.
Enero de 2014. La Justicia de Córdoba ordena a Monsanto frenar la obra civil hasta tanto se complete el estudio de impacto ambiental.
Febrero de 2014. La Secretaría de Ambiente rechaza el estudio presentado por la empresa.
Fuente Alejandro Rollon / La Voz del Campo