Viavilidad económica y costos de instalar un equipo de riego

A farm being irrigated with a center pivot sprinkler system

La incorporación de un equipo de riego logra estabilizar los rindes, pero hay que tener en cuenta diversos factores para su instalación

De acuerdo al Censo Nacional Agropecuario (CNA), el área bajo riego por aspersión a nivel nacional permaneció sin cambios entre 2002 y 2018: 207.510 y 199.493 ha, respectivamente.

Desde CREA explican que numerosos son los motivos que podrían explicar la situación, entre ellos, los más importantes son los siguientes:

  • Financiamiento: la inversión inicial es importante. La escasa profundidad del sector financiero en un entorno de inestabilidad macroeconómica determina que, en buena medida, el capital inicial deba surgir de fondos propios.
  • Derechos de exportación: el retorno de la inversión está condicionado por un aumento en la producción de granos. Parte de ese incremento se tributa en forma de derechos de exportación, por lo que el productor no se lo apropia plenamente. Más aún, los planteos técnicos bajo riego son mas intensivos en términos de insumos, como de fertilizantes, que se pagan a precio internacional frente a un retorno en granos que se cobra a precio internacional descontando las múltiples restricciones al comercio local.
  • Incertidumbre: además de los derechos de exportación, otros riesgos institucionales impactan en las decisiones que se toman. Por ejemplo, el maíz y el trigo son esenciales en los planteos productivos bajo riego. Entre 2002 y 2018 sus mercados fueron fuertemente intervenidos, amplificando los riesgos que ya de por si enfrenta la actividad agrícola ( de precio, entre otros).

Con datos relevados en 2019, las empresas del Movimiento CREA tienen 17.167 hectáreas bajo riego. Las fuentes de agua más usuales son la subterránea (57%) y la superficial con bombeo. En tanto, el sistema más utilizado es el riego por aspersión, que se aplica sobre el 70% del área irrigada.

Son varios los beneficios que aporta un equipo de riego. En cuanto a los beneficios a nivel empresarial, se destaca la estabilización de rindes en los cultivos regados, aumento de producción por hectárea, protección de los suelos por una mejor rotación, reducción de la volatilidad de los rindes obtenidos y aumento del valor económico de la tierra.

También hay beneficios a nivel nacional, como el incremento de la producción sin necesidad de ampliar la frontera agrícola, la diversificación de la producción y mayores exportaciones.

En la región sudoeste de Buenos Aires, de acuerdo a los registros de DAT CREA, la incorporación de riego otorga un diferencial de rinde importante que se traduce en una ganancia por hectárea de 644 USD/ha. De este modo, «la instrumentación de un equipo de riego resulta ampliamente positiva», analiza CREA junto a Az Group.

En cambio, en la región centro de la Argentina se observa una tasa interna de retorno (TIR) negativa por debajo de la tasa de descuento del 7% en el caso de un equipo de 70 hectáreas móvil. Para el equipo de 120 hectáreas móvil (240 hectáreas regadas) la TIR es mayor (3%), aunque también se encuentra por debajo de la tasa de descuento.

Para el desarrollo del análisis económico, se tomaron en cuenta dos regiones: Sudoeste y Centro. Se evaluaron dos alternativas de riego diferente: un equipo de 70 hectáreas móvil (equipo 1), de dos posiciones que riega 140 hectáreas, y un equipo de 120 hectáreas (equipo 2).

 

Fuente: Movimiento CREA y AZ Group en base a Regar – Coronel Suarez 

«En las zonas analizadas, la incorporación de un equipo de riego logra estabilizar los rindes. Sin embargo, para que el proyecto sea rentable en la región Centro se debe ir en busca de los rindes potenciales máximos para que la tasa interna de retorno de la inversión mejore notablemente«, concluyen.

Finalmente, se debe considerar que al incorporar un equipo de riego se debe tener plena conciencia acerca del uso de agua y el cuidado de los suelos afectados por la producción agrícola.