La estimación pertenece a la unidad de CAME que nuclea poco más de 28 complejos agropecuarios del país. Ayer se declararon en alerta y movilización porque se ven imposibilitados de cubrir los costos de elaboración.
Pequeños y medianos productores de 28 complejos agropecuarios se declararon ayer en estado de “alerta y movilización” y reclamaron medidas para “compensar el atraso cambiario, revertir las altísimas subas en los costos de producción y reducir las excesivas cargas tributarias”, ya que -según aseguran- hay 900 mil empleos en riesgo.
Así se informó ayer luego de la reunión de la Comisión de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que convocó a más de 300 dirigentes de 128 entidades de todo el país.
Durante ese encuentro, los productores aseguraron que hay 900 mil empleos en riesgo, y en muchas actividades ya se anticipa que este año “no se cubrirán los costos”.
Asimismo, advirtieron de que las economías regionales “atraviesan momentos críticos: los pequeños y medianos productores de 28 complejos agropecuarios anticipan que no cubrirán sus costos y solicitan medidas urgentes para evitar la desaparición de miles de productores”.
Si bien reconocen que “los problemas del agro no son nuevos”, destacan que este año se “agravaron por las devaluaciones en Brasil y Rusia (que ponen en evidencia la magnitud del atraso cambiario argentino), las subas agresivas en algunos insumos y la caída en los precios internacionales de muchos productos”.
También agregaron como problemas la “menor demanda interna y externa, las trabas impuestas por Brasil a sectores donde es el principal comprador, las adversidades climáticas en algunas zonas y una carga fiscal que sigue creciendo”.
Frente a este panorama, las entidades adheridas a CAME solicitaron la implementación de “compensaciones por el atraso cambiario, que resta competitividad y mercados a muchos sectores agropecuarios”.
Razones de la solicitud
Los productores reunidos ayer indicaron que a “la caída en el tipo de cambio real local generada por la combinación de una alta inflación y un dólar estable, se suman las devaluaciones en monedas de mercados como Brasil, Rusia y la zona Euro, que son grandes compradores del agro argentino. Eso está restringiendo numerosos mercados para los productos argentinos”.
Como medidas urgentes, los productores regionales solicitaron que se reduzcan las cargas laborales a las producciones regionales, se elimine el impuesto a los Débitos y Créditos, que se agilice la devolución de IVA y los reintegros a las exportaciones, que se morigeren los costos de producción crecientes -“que vienen subiendo muy por encima de los precios promedio de la economía, como agroquímicos y fertilizantes, material de trabajo como es un utilitario, fletes, y hasta los precios del gasoil”-.
Durante la reunión, “los productores advirtieron de la necesidad de mejorar la distribución de la renta hacia el interior de la cadena, donde la brecha entre el precio que recibe el productor por sus productos y lo que paga el consumidor en góndola llega a superar 1.500%, generando una enorme distorsión en la cadena comercial”, advirtió la entidad nacional.
Finalmente, CAME aseguró que es necesario “asistir mediante aportes y/o contribuciones a los productores en situaciones terminales para evitar su desaparición, y con ello la destrucción de los 900 mil empleos que generan”.
Los afectados son:
Las economías regionales más afectadas -según CAME- son: las producciones de ajo; algodón; azúcar; cítricos; lácteos, ovinos, olivos; peras y manzanas; tabaco y vinos. Las provincias que concentran esas producciones y se ven afectadas por las problemáticas planteadas (menores precios, mayores costos, caída en la demanda, atraso cambiario, caída en la producción, baja en la rentabilidad, alta carga fiscal, caída y control de las exportaciones, entre otros) son: Chaco, Santiago del Estero, Formosa, Santa Fe, San Juan, Córdoba, Mendoza, Tucumán, Jujuy, Entre Ríos, Buenos Aires, La Pampa, Catamarca, La Rioja, Misiones, Río Negro y Neuquén.
