Anuncian inversión para el desarrollo agrobioindustrial argentino

Tiene aportes del Banco Mundial, el Estado nacional y el sector privado y se llama Agro XXI. Busca el mejoramiento de los medios de vida rurales,la innovación para la transformación verde e inclusiva y el fortalecimiento del INTA para desarrollar un Plan Nacional de Conectividad Rural

Como el mayor banco de desarrollo del mundo, el BIRF apoya la misión del Grupo Banco Mundial y proporciona financiamiento a los países prestatarios que lo necesitan como un vehículo para transferir conocimientos mundiales y asistencia técnica. En esta línea, brindó un préstamo de 550 millones de dólares al Ministerio de Agricultura de la Nación, de los cuales 55 son para el INTA, que se suman a una contraprestación de otros 10 millones de dólares que aporta el organismo.

La entrega se realizó en el marco de una nueva reunión del Consejo Federal Agropecuario (CFA) del que participaron el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez, junto al director del Banco Mundial para la Argentina, Paraguay y Uruguay, Jordan Schwartz, y los gobernadores Gerardo Zamora por Santiago del Estero y Jorge Capitanich por Chaco y Mariano Garmendia –presidente del INTA–, entre otras autoridades nacionales y provinciales.

Esta cifra está destinada a fortalecer y expandir las incubadoras de PyMEs y emprendimientos agropecuarios con base en la innovación y tecnología. Además, se invertirá en la digitalización del organismo y formación de recursos humanos en línea con el agregado de valor y la agricultura climáticamente inteligente.

 

 

CÓMO BENEFICIARÁ AL SECTOR GANADERO
Está previsto que el programa sirva para apuntalar las principales líneas de trabajo trazadas por el ministerio, dando un mayor apoyo al sector ganadero, complementando el Plan GanAr, colaborando con el Plan Director de los Bajos Submeridionales. Este último es articulado por el Ministerio del Interior con las Provincias de Santiago del Estero, Chaco y Santa Fe a través de obras de infraestructura hídrica.
Como parte del proceso se fortalecerá al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) para desarrollar un Plan de Conectividad Rural
(electrificación rural, caminos rurales y red digital). Además, comprenderá la mejora de los rendimientos y la calidad de los productos agroalimentarios a partir de la incorporación de tecnología (Agtech). También impulsará el Plan de Desarrollo Cooperativo del sector
agroalimentario.

«Tenemos la firme decisión de acompañar el desarrollo productivo de la Argentina, de manera federal y con perspectiva de futuro», explicó Julián Domínguez, al tiempo que añadió: «El mundo nos convoca a asumir los desafíos del cambio climático, a producir más y mejores alimentos y ser protagonistas en la seguridad  alimentaria global». Al respecto, Domínguez concluyó: «Argentina, a través del desarrollo
científico y biotecnológico y las tecnologías Agtech está en condiciones de realizar una nueva revolución productiva, ya que contamos con los
productores más competitivos del mundo».

Un crédito para impulsar la innovación y la tecnología

El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) es una cooperativa internacional dedicada al desarrollo, propiedad de los 189 países que lo integran. Como el mayor banco de desarrollo del mundo, apoya la misión del Grupo Banco Mundial y proporciona financiamiento a los países que lo necesitan.

El programa “Sistemas Agroalimentarios Climáticamente Inteligentes e Inclusivos” cuenta con 550 millones de dólares en total que ejecutará el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación para el desarrollo agrobioindustrial argentino.

Del préstamo, 55 millones de dólares son para el INTA, quien, a su vez, aporta otros 10 millones. Así, el organismo forma parte del componente 3 del proyecto que tiene como objetivo el fortalecimiento de sus capacidades y la transformación institucional del INTA para promover un sistema agrobioindustrial innovador y climáticamente inteligente, innovador e inclusivo.

Por un lado, para la transformación institucional del INTA se invertirá en la modernización de la infraestructura, equipamiento y licenciamiento de softwares. También se invertirá en equipamiento y laboratorios para fortalecer las capacidades en biotecnología, genómica, bioinsumos, inteligencia artificial y preservación de recursos genéticos.

Además, se modernizará el instrumental para la medición de atributos de recursos naturales, tales como calidad de agua, captura y secuestro de carbono, y suelos. A su vez, se fortalecerán los sistemas de extensión de INTA, con el objetivo de incrementar el alcance y la cobertura de las intervenciones actuales y promover políticas que promuevan un uso más intensivo de las tecnologías digitales.

A esto se suma la inversión en capital humano, con el objetivo de formar y capacitar a los profesionales del INTA del futuro.

En cuanto a las inversiones en el ecosistema de innovación agroalimentario, el proyecto considera el fortalecimiento de las incubadoras existentes (INCUINTA e INCUVA) y la expansión de este modelo de producción y transferencia de conocimiento y tecnología a otras macrorregiones del país.

Así, se invertirá en diferentes verticales que promueven el desarrollo de innovaciones tecnológicas, su adopción y escalamiento. Se priorizarán aquellas que trabajen tecnologías climáticamente inteligentes.