La condición de sequía continúa profundizándose en Argentina, pasando de una situación de menores rendimientos potenciales en los cultivos tempranos a una situación crítica para los cultivos tardíos. En Brasil se espera una gran producción de soja, con tareas de cosecha avanzando a buen ritmo, mientras que episodios de copiosas lluvias dejan a parte del maíz safrinha por sembrarse fuera de la ventana óptima. En trigo, la sequía de las principales zonas productoras de Estados Unidos contrasta con una producción y stocks mundiales récord, mientras que Argentina enfrenta un escenario de menor oferta interna y oportunidades de mayor exportación a Brasil.
SOJA
Con los cultivos atravesando su fase final en Sudamérica, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos recortó su estimación de producción para Argentina en 7 millones de toneladas, pasando de 54 a 47 millones, mientras que en Brasil fue aumentada de 112 a 113 millones. Sin embargo, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires prevé una producción para nuestro país de 42 millones de toneladas por la persistencia de la sequía, que comienza a extenderse a otras zonas extra pampeanas. Considerando el bloque Mercosur, la producción 2017/2018 oscilaría entre 169 a 174 millones de toneladas, mostrando una merma de 14 a 19 millones de toneladas frente a la campaña 2016/2017.
En Brasil, las tareas de cosecha se han generalizado en diversas regiones. En el Norte y Nordeste se ha cosechado el 60% de la superficie, mientras que el restante 40% el cultivo se encuentra en estados de maduración. En Mato Grosso, principal Estado productor de la oleaginosa, se ha recogido el 70% del área apta pese a abundantes precipitaciones, que han generado complicaciones en la siembra de maíz safrinha. En Mato Grosso do Sul las tareas de trilla presentan un avance del 38%, con mayores retrasos por los eventos de precipitaciones acontecidos, al igual que en Goiás, donde se registra un avance del 30% sobre el área a cosechar. En la región sur, segunda productora de Brasil, las tareas de cosecha presentan un avance del 10%, con rendimientos que se observan mayores a los esperados, pero las labores tomarían dinamismo hacia fines de marzo. En el mercado de futuros de Chicago los fondos especulativos continuaron aumentando su posición compradora, alcanzando niveles de exposición que no se registraban desde comienzos de 2017, ante la falta de pronósticos de precipitaciones generalizadas en Argentina.
Pese al escenario descripto, las cotizaciones en Chicago y Rosario han mostrado una corrección de 8 y 20 dólares respectivamente frente a los valores de principios de marzo. El ajuste del mercado puede estar desencadenado por la toma de ganancias de actores especulativos, ventas de oportunidad de productores y operadores comerciales, la mayor presencia de Brasil en los mercados de exportación y compensaciones en consumos mediante productos sustitutos de la soja ante una nueva ecuación de precios. Asimismo, en las próximas semanas se conocerá la primera intención de siembra de cultivos estivales en Estados Unidos, donde es de esperar un aumento de la superficie de soja en respuesta a los nuevos valores.
En la plaza local es posible que las cotizaciones actuales sean un piso, ante la necesidad de la industria de asegurarse un suministro frente al contexto de menor oferta. A fines de febrero exportadores e industriales llevan adquiridas 47,5 millones de toneladas de soja campaña 2016/2017, de una producción en el orden de los 55 millones de toneladas según datos del Ministerio de Agroindustria de la Nación. Cuando aún resta un mes del ciclo comercial el stock remanente es de 7,5 millones de toneladas, sensiblemente menor al existente al inicio de la campaña. Otro factor que ayuda a sostener las cotizaciones es el recorte de 0,5% mensual en las retenciones sobre la soja y sus derivados que tendrá lugar a lo largo de 2018 y 2019.
MAÍZ
Para Argentina las previsiones de producción continúan ajustándose a la baja, con un promedio de 35 millones de toneladas según lo relevado por el USDA, la Bolsa de Comercio de Rosario y la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, ante el avance de la sequía y las altas temperaturas. La situación desfavorable de los cultivos sembrados de forma temprana fue seguida por una situación crítica en los cultivos sembrados de manera tardía, al contar con menor humedad en los suelos y escasas precipitaciones durante el período crítico para la determinación del rendimiento.
Para Brasil el USDA estima una producción de 94,5 millones de toneladas para la campaña 2017/2018, con un recorte de 0,5 millones frente al reporte de febrero. Pese a la reducción en Sudamérica el organismo mantuvo la estimación de producción mundial en 1.042 millones de toneladas, por la buena performance productiva en Sudáfrica y datos finales de cosecha en Europa mayores a lo esperado previamente. La mencionada proyección contrasta notoriamente con las 87,3 millones de toneladas estimadas por la Compañía Nacional de Abastecimiento de Brasil (CONAB). Las lluvias acontecidas han producido retrasos en la siembra del maíz safrinha. En Mato Grosso, principal estado productor, 20% del cultivo aún no ha sido sembrado con una ventana óptima que cerró en febrero, mientras que en Mato Grosso do Sul se ha sembrado el 28% frente a la media histórica del 42% a igual fecha. Por el lado de la demanda, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos revisó al alza el consumo mundial, que conduciría a una caída en los stocks finales. La relación stock/consumo se ubicaría en uno de los niveles más bajos de los últimos cuatro años.
El componente especulativo es uno de los factores que explican la escalada en el precio del maíz, ya que los fondos de inversión han incrementado fuertemente sus posiciones compradas, alcanzando el registro más elevado en 20 meses y con el aumento semanal en las posiciones más significativo de las últimas 35 semanas. Otro indicador que muestra la presencia de los operadores en el mercado es el incremento en el interés abierto, con un nivel que no se veía desde junio de 2011.
TRIGO
En su último reporte de oferta y demanda el USDA modificó al alza la proyección de producción mundial en 500.000 toneladas, reafirmando las expectativas de un nuevo récord cercano a las 759 millones de toneladas. Asimismo, fue reducida la previsión de consumo en 2,3 millones de toneladas, factores que conducirían a la relación stock/consumo más elevada de los últimos 20 años.
Pese a lo anterior, las cotizaciones del trigo en Chicago han subido con fuerza impulsadas por la situación de sequía en Argentina que afecta los mercados de soja y maíz, pero también por la sequía que atraviesan las principales zonas productoras del cereal en Estados Unidos, por ejemplo Kansas, siendo además uno de los mercados de referencia en la materia. Esta situación se combina con una de las menores áreas sembradas con el cereal de los últimos 100 años en aquel país.
El mercado local ha replicado en toda su magnitud el aumento en los valores del trigo, donde actualmente se está pagando 187 dólares por mercadería disponible en Rosario. Las compras de trigo por parte de la industria y la exportación han alcanzado 10,9 millones de toneladas a fines de febrero, superando en 900 mil toneladas al registro del año previo a igual fecha. La situación contrasta con el escenario de menor oferta con el que inició la campaña comercial 2017/2018.
En Brasil la producción de trigo suma una nueva campaña de pobre desempeño, con solo 400.000 toneladas por encima de los mínimos del año 2017, lo que podría conducir a un aumento en las importaciones en un contexto donde Estados Unidos dispondrá de menores suministros, favoreciendo a las exportaciones de Argentina. Los factores mencionados se reflejan en el mercado de futuros, con valores en ascenso para lo que resta de 2018.
Fuente: Bolsa de Cereales de Córdoba. Departamento de Información Agroeconómica.