“Esto obligó al sector a reducir horas extras, premios y bonificaciones, sin llegar a la aplicación de suspensiones ni despidos”, explicó la Cámara Empresaria de Autotransporte de Cargas de Córdoba (Cedac).
La actividad de los transportistas de carga cayó 25% con relación al año pasado por efecto de la recesión. Esto obligó al sector a reducir horas extras, premios y bonificaciones, sin llegar a la aplicación de suspensiones ni despidos.
Así lo dijo a lavoz.com, el titular de la Cámara Empresaria de Autotransporte de Cargas de Córdoba (Cedac), José Arata, al presentar ayer el simulador virtual de conducción.
La entidad tiene 450 socios, que tienen de dos a 200 camiones. Según datos de la Nación, en Córdoba hay 37 mil camiones y 12 mil trabajadores. La diferencia entre una cifra y la otra es la cantidad de autónomos, dueños de uno o dos camiones que trabajan por su cuenta.
El sector tiene una serie de problemas que “tendrían menos impacto si la actividad no hubiera caído tanto”, aclaró.
Uno es la falta de repuestos por la restricción a la importación. Según Arata, algunas firmas llegan a desguazar unidades nuevas, aprovechando el freno en la venta de camiones, para sacar partes.
Pero el más grave es el aumento del combustible, que modificó el negocio. “Históricamente, el combustible tuvo una incidencia del 25 al 27 por ciento; ahora, incide en 37 por ciento, casi lo mismo que la mano de obra, que está en torno a 40 por ciento”, advirtió.
Esto elevó la incidencia del flete en la cadena de productos, por lo que algunos ajustaron estos servicios: las industrias proveedoras venden camiones enteros, aplican grandes descuentos a sus clientes, pero bajan precios del transportista que ya no trae camiones fraccionados, sino completos.
“El valor de la logística asusta a todos. Pero el comerciante lo traslada a la góndola. Algunas industrias en julio nos dieron el último aumento del año y otros nos pagan a los 30 o 40 días con cheques a otros 30 días más. ¿Cuántos litros menos pagamos así?”, se pregunta Arata.