Las malezas no dan el brazo a torcer

Tres expertos advierten que reincidir en el uso de un mismo principio activo, como las graminicidas ALS, no va a solucionar el problema de resistencia en las malezas.

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Hablar de las malezas se ha convertido en un clásico dentro del sector agropecuario fundamentalmente por su rápido y vertiginoso crecimiento en todo el país. Ahora bien, el problema principal es que siempre primó la necesidad y siendo la soja, casi el único cultivo rentable.

Esta incipiente aparición de las malezas, ha llevado a que el modelo productivo actual parezca estar agotado, fundamentalmente con largos barbechos residuales, escasa rotación y contratos de arrendamiento que se cierran tarde.

En este contexto, Daniel Tuesca, docente universitario de la UNR (Universidad Nacional de Rosario) y especialista en la temática, opinó que a este escenario actual se ha llegado debido a la utilización de pocos herbicidas, la ausencia de labranzas, y la escasez de rotaciones. “La problemática de malezas es grave y empieza a incidir mucho en los costos”, señaló Tuesca.

Ahora el drama es más complejo porque el uso de graminicidas, principalmente inhididores de ALS, también están generando resistencia como por ejemplo el caso del Sorgo de Alepo. “Los inhibidores de ALS, hace un tiempo largo que se vienen usando y el problema es cuando se usan solamente y en forma repetida, son de esos grupos que rápidamente generan biotipos de malezas resistentes, son muy eficaces, muy buenos, por eso el productor los sigue eligiendo y en muchos casos, si bien son herbicidas distintos como un imazetapir o un clorimuron, parecen todos herbicidas distintos, pero todos tienen el mismo modo de acción, entonces cuando uno cree que esta rotando modos de acción, en realidad lo único que esta rotando son principios activos de un mismo modo de acción”, explicó Tuesca.

Y continuó: “Entonces desde el punto de vista, de la presión de selección, se esta haciendo una presión muy alta, porque durante todo el año se aplica un solo modo de acción. Entonces una solución es que hay que empezar nuevos modos de acción, que no hay muchos. En realidad lo que hay que empezar a hacer, tal vez, es posicionarlos en forma distintos, mezclarlos, y si aparece resistencia a uno el otro se haga cargo y controle la maleza, pero no es simple”.

Amaranthus y las cosechadoras

El caso de Amaranthus palmeri y quitensis, más conocido como “Yuyo Colorado” es un claro ejemplo de lo que ha alcanzado el modelo de producción actual. Según Tuesca en la campaña ’14-’15 a nivel país, más de la mitad de los lotes tenían un grado de infestación con malezas.

“El Yuyo Colorado ha avanzado mucho principalmente en la zona núcleo y Córdoba, pero tenemos registros que se ha profundizado en todo el territorio productivo”, remarcó el técnico de la UNR.

“El tema de las malezas, se está complejizando, porque no terminamos de solucionar Rama Negra, que se junta con Amaranthus y gramineas anuales, entonces desde ese punto de vista, se empieza a complejizar y el hecho de que sea complejo no es que haya soluciones únicas”, precisó Tuesca.
Amaranthus palmeri

Además, el técnico resaltó que “las soluciones no pasan únicamente por uno o dos herbicidas. El sistema lo necesita en su todo”. Ante esto, el técnico expresó que “empezamos a tener que considerar en buscar soluciones en el mediano plazo, en la campaña, porque cuando uno piensa en la campaña, en realidad, se esta olvidando del banco de semillas y así sigue la problemática en campañas sucesivas”.

Por otra parte, Tuesca también hizo foco en los contratistas. “El contratista, sabe que están haciendo mal algunas cosas y empieza a primar la cuestión de velocidad y de rápidez para cosechar, pero si uno no puede evitar eso, y el contratista está viniendo de una zona complicada es muy probable que al otro año uno empiece a tener malezas en su lote”.

En este sentido, el técnico explicó que “por lo menos es necesario estar más atento y consciente, se deberá hacer un manejo preventivo, con residuales y estar mucho más encima del lote”.

Martín Marzetti, técnico de la REM (Red de Conocimiento en Malezas Resistentes) de Aapresid, remarcó que la labranza y/o el control mecánico sobre las malezas es un despropósito. “El hecho de volver a la labranza, es que uno pierde todo lo que hizo en el día que dijo que no movía más la tierra, o sea, 20 años, lo pierde en dos años de labranza. Porque primero que quita el rastrojo de la superficie, que es una protección del suelo y después, genera pérdidas de carbono que se van a la atmósfera. Entonces cuando voy a hacer eso, tengo que ser consciente de que gano por el otro lado, porque si acepto perder todo esto tengo que ganar mucho por el otro lado, y claramente no sucede ni se controlan las malezas de manera efectiva”, indicó.

Martín Marzetti

A la hora de comentar sobre el conocimiento que tiene Argentina en está temática, el técnico subrayó que “hay unos estudios muy interesantes que muestran que Argentina es de los países que más saben sobre malezas y más son conscientes, o sea, que, es un dato muy alentador en ese sentido, y creo que hay un gran trabajo de instituciones y compañías para poder seguir informando”.

Cuadrillas en acción

Últimamente en las últimas campañas han aparecido grupos de personas denominadas cuadrillas que arrancan las malezas de los lotes como otro modo de control. Ante esto, Marzetti explicó que “las cuadrillas tampoco son súper numerosas, son lotes puntuales que se hacen en algunas zonas”.

Y continuó: “Si tuviera un problema puntual, recomendaría una cuadrilla, pero no puedo tenerlo como una práctica para cuando no controle y es el último recurso, además el control no es muy efectivo, tampoco es barato, y es tedioso que a veces ni con cuadrilla se puede controlar, es para que se tenga en cuenta pero que no sea clave en el programa de manejo”.

Santiago Barberis, responsable de desarrollo de producto de UPL, comentó en primer lugar que es necesario una mayor rotación de cultivos, pero a eso también hay que analizarle la fecha de siembra. Igualmente, el técnico remarcó que “la labranza está avanzando y se ve un control mecánico en los lotes y a medida que avanzan las malezas nos vamos quedando sin herramientas químicas”.

Por último, Barberis expresó que “creo que con este cambio que se esta dando en la política, como las reducciones en las retenciones tanto en maíz como en trigo y en principio se deberían empezar a bajar las de la soja nos está dejando un escenario en el cual podríamos estar volviendo a utilizar una de las medidas más importantes que es la rotación de cultivos”.

El Sorgo de Alepo y más Amaranthus

En el marco de una jornada organizada por UPL en la Ciudad de Buenos Aires, los tres disertantes presentes hicieron un relevamiento sobre la problemática de las malezas actuales en Argentina.

Además, Barberis, señaló que “el Sorgo de Alepo, es una maleza que, fue la primera resistente a glifosato, y lleva muchos años en el país, probablemente Yuyo Colorado hizo muchísimo más daño que el Sorgo de Alepo, y también porque es perenne, y al ser perennes, su avance sobre los lotes es mucho más lento, que cuando es a través de semillas, como Rama Negra o Yuyo Colorado”. Y continuó: “Las anuales hacen muchas semillas y por ende mucho daño en poco tiempo”.

Por último, Barberis subrayó que “el Sorgo de Alepo, lo está haciendo de forma más lenta, pero se agrega el Sorgo de Alepo resistente a glifosato, que en algunos casos, está siendo resistente a algunos graminicidas y eso puede llegar a aumentar el problema en Argentina”.