Los precios de productos agrícolas tendrán una disminución gradual en la próxima década, de acuerdo con el informe de Perspectivas Agrícolas 2015/24 presentado la semana pasada por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE).
El informe pronostica una “baja en el precio del petróleo y los alimentos”, así como también un “menor costo de la energía y los fertilizantes” y también una caída en los “incentivos a la producción de biocombustibles”.
Aunque sostiene que la producción y el consumo se mantendrán relativamente “estables”, el informe destaca la “concentración de exportaciones de productos agrícolas básicos en pocos países”, entre los que figura la Argentina pero en el que se destaca el rol de Brasil.
El documento pronostica también “cambios importantes en la demanda de los países desarrollados” y sostiene que “se espera que los precios de los productos cárnicos y lácteos sean altos” en relación a los de “los cultivos”.
Sobre los cultivos, el informe prevé “un aumento de los precios de los cereales
secundarios y de las semillas oleaginosas”. En tanto, con respecto a los principales cereales, sostiene que “la acumulación de grandes reservas de cereales durante los últimos dos años y la baja del precio del petróleo debilitarán aún más los precios de los cereales a corto plazo“.
Según el informe, “la fuerte demanda de harinas proteicas incrementará la producción de semillas oleaginosas. Esto hará que se vuelvan muy importantes las harinas alimenticias en términos de la rentabilidad global de las semillas oleaginosas y favorecerá aún más la producción de soja, especialmente en Brasil”.
También agrega que “el incremento de la demanda de azúcar en los países en desarrollo ayudará a la recuperación de los precios actualmente bajos y al aumento del volumen de inversiones en el sector”.
Por otra parte, indica que se espera que “la producción cárnica mejore sus márgenes gracias a la baja de precios de los cereales forrajeros”, lo que beneficiará a un “sector cárnico que hasta el momento ha estado operando en un entorno caracterizado por los precios particularmente altos y volátiles”.
En cuanto a la producción pesquera, el trabajo prevé un aumento de aproximadamente un 20% para la próxima década.
Respecto de los biocombustibles, el informe expresa que “el uso del etanol y biodiesel crecerá a un ritmo más lento durante la próxima década”, puesto que “ante la baja de los precios del petróleo, el comercio de biocombustibles representará tan sólo una pequeña parte de la producción mundial”.
Finalmente, sobre Brasil el informe indica que “se encuentra en una posición inmejorable para atraer gran parte de la expansión comercial generada por un crecimiento de la demanda de importaciones, en particular por parte de Asia“. En ese sentido, pronostica “un crecimiento agrícola brasileño motivado por los continuos avances y mejoras en la productividad, a lo que se suman un alto rendimiento de las cosechas, la transformación de los pastizales en tierras de cultivo y una mayor producción ganadera”.
Fuente: Supercampo