Para Daniel Urcía, el problema no es el precio de la carne, sino la inflación

El Presidente de FIFRA analiza en este artículo los problemas de la inflación, consecuencia de la crisis macroeconómica del país. La oferta de las 3 carnes (vacuna, pollos y cerdos) es alta, el problema es el poder de compra de la población. Desde Fifra insistimos con las medidas necesarias y que harían más competitiva a la cadena.

Por estos días se publicó el índice de precio al consumidor y nuevamente fue noticia en todos los medios y por ende nos toca de cerca porque las “carnes” participan en la canasta de alimentos y sus precios van al compás de la economía explosiva de nuestro país.

Hemos aclarado desde estas líneas que actualmente la “oferta” de “carnes” (vacuna, aviar y porcina) para el mercado doméstico supera ampliamente la demanda, hay cantidades suficientes y con precios muy competitivos (bajos) si se los compara con los países vecinos. Para sostener el normal abastecimiento en cantidad suficiente al mercado interno “debemos” al mismo tiempo sostener el mercado externo porque de lo contario se enviarían señales que disminuirían la producción y por ende la oferta, lo que significaría precios altos en el mercado local.

La inflación erosiona desde hace tiempo el poder adquisitivo de los salarios y, por ende, su poder de compra. Si no se controlan las variables internas que desde hace décadas dan lugar a estas subas de precios tan importantes cada año, poco pueden aportar los esfuerzos de los sectores productivos en los programas de precios con todas sus variantes.

El sector público podrá esgrimir como defensa que la responsabilidad es del sector privado, lamentablemente la cruda realidad es que “las gestiones” de Gobierno han fracasado, al igual que el país: en definitiva, algún día tendremos que asumir el fracaso como sociedad y tratar de acordar una salida donde no debería haber culpables sino objetivos comunes y no individuales.

Oferta de hacienda y carne, precios y exportaciones

La faena de cerdos de febrero analizada en función de días hábiles superó en 18% a la de enero y las de bovinos en un 20% al registro del primer mes del año. Esto claramente significa un mayor volumen de abastecimiento al mercado local. La totalidad de la carne porcina que se produce en Argentina se destina al mercado local y de la carne vacuna más del 75% va al mercado local ya que las exportaciones significan menos del 25% de la producción.

En cuanto a los precios de la hacienda su reacción alcista tiene que ver con diferentes cuestiones pero sobre todo con el impacto de la macroeconomía en las decisiones de los productores y también tienen relación con el impacto del clima sobre la actividad pecuaria.

Las condiciones macroeconómicas y las subas de costos llevaron a que disminuya la cantidad de animales encerrados en los corrales y que se incremente la cantidad en recrías a campo lo que demora la terminación entre 6 meses y un año y eso a su vez reduce la cantidad de hacienda disponible de forma inmediata y de calidad para la faena.

Esta situación se agravó por la seca y los incendios en el NEA.

Por eso en febrero hubo una recomposición de precios en los valores de la hacienda en pie que en marzo se han contenido lo que nos hace presumir que podrían ser los valores de referencia hasta el invierno.

Esa suba del precio del ganado no se trasladó íntegramente al precio al consumidor y así lo demuestran los relevamientos de precios, motivo por el cual ese diferencial residual se volcará al valor en góndola desde este mes para luego seguir el mismo devenir que los precios del ganado.

En virtud de todas estas consideraciones, desde FIFRA consideramos que tenemos muy buena cantidad de oferta de carnes que no ameritan ninguna intervención adicional en el mercado de ganados y carnes y que con el Programa de Precios se están aportando los volúmenes de carne comprometidos a valores que están 40% por debajo de los precios promedio de mercado, cumpliendo ampliamente los objetivos propuestos por la Secretaria de Comercio Interior.

A la par de lo expuesto, exhortamos al Gobierno que agilice el tratamiento de las medidas tendientes a equiparar la alícuota de IVA del servicio de faena, establecer un régimen simplificado que contenga a las carnicerías, promover un acuerdo federal con provincias para alícuota de ingresos brutos (IIBB) que se debería unificar en 1% y a promover las leyes de incentivo fiscal propuestas por el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA).

Por Daniel Urcía. Presidente de FIFRA