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La agroindustria pierde participación en la generación de energía

Con datos del 2020, la menor producción de biodiesel y bioetanol tuvo un rol decisivo en la caída de las fuentes energéticas de origen agroindustrial, que cayeron más que el agregado energético. En 2021, los biocombustibles recuperaron algo de terreno.-

De acuerdo al último informativo semanal de la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos, tres indicadores revelan la importancia que tiene la agroindustria argentina como generadora de energía. Se analizan en el presente artículo la contribución del sector a la producción primaria y secundaria de energía en la Argentina, y el peso que tienen los biocombustibles -biodiesel y biotenanol en la producción secundaria.

Producción primaria de energía: la agroindustria aporta el 4,8% del total

La producción primaria de energía consiste en la extracción o captación del recurso. En 2020, la producción primaria en Argentina totalizó 72.103.000 TEP (Tonelada de Petróleo Equivalente) según los últimos datos publicados por la Secretaría de Energía de la Nación. La agroindustria originó el 4,8% a esta producción a partir de cuatro fuentes: aceites vegetales (del crush de poroto de soja y semilla de girasol), leña, bagazo de caña de azúcar y alcoholes vegetales (de la industrialización de maíz y caña de azúcar). Así, la producción agoindustrial de energía primaria totalizó 3.460.000 TEP.

El año 2020 estuvo marcado por el fuerte desplome en el consumo energético que provocó la expansión del COVID-19. La generación primaria de energía a nivel mundial se redujo en un 4,5% según datos de BP (British Petroleum), mostrando la caída interanual más pronunciada desde el año 1945. El recorte en la producción petrolera mundial explica tres cuartas partes de este desplome, aunque los sectores de gas y carbón también sufrieron mermas. La producción de petróleo -utilizado mayormente para transporte- cayó un 9,3%, la de gas -empleado principalmente para generar energía eléctrica- un 2,4% y la de carbón un 4,2%. En contraste con estas reducciones, la energía de fuentes renovables (biocombustibles, excluyendo hidráulica) creció un 9,7% en 2020. Si bien este incremento se ubicó por debajo de la media de 10 años (13,4%), estuvo en línea con los rendimientos obtenidos en 2019, 2018 y 2017.

En Argentina, la generación primaria de energía cayó 7,8% en 2020, relativamente más que a nivel global (-4,5%). La producción de petróleo se recortó en un 5,3% (vs. -9,3% mundial) y la de gas cayó 8,6% (vs. -2,4%). La producción de energía renovable (biodiesel, bioetanol, eólica, solar) se desplomó en un 20% en Argentina, contrastando fuertemente con el incremento mencionado a nivel global del 9,7%.

Producción secundaria de energía: el 4,3% se origina en la agroindustria

La producción secundaria de energía implica la conversión de la energía obtenida para ser transportada, almacenada y transformada hasta que pueda ser consumida por industrias, empresas, hogares, etc. En 2020, en Argentina esta producción secundaria alcanzó 70.561.000 TEP, reduciéndose en un 7,4% respecto del 2019.

Por su parte, la producción secundaria de energía atribuida a la agroindustria argentina totalizó 3.003.000 TEP en 2020, representando 4,3% del total. La generación por parte de la agroindustria, que incluye la producción de coque, biodiesel, bioetanol y carbón de leña, se contrajo un 27% en 2020, cayendo más que la producción total.

Vale la pena destacar que el 90% de la fuerte caída que tuvo la producción agroindustrial de energía secundaria se debe a la menor originación de biodiesel y bioetanol. En 2020, estos biocombustibles representaron el 2% de la energía secundaria argentina, exhibiendo una caída en su participación por tercer año consecutivo. En 2017, su producción llegó a representar el 3,8% de la energía secundaria generada en el país.

Naturalmente, la caída en la producción de biocombustibles durante 2020 estuvo motivada por la inédita reducción en la demanda de combustibles para movilidad y transporte que se dio en el contexto de la pandemia COVID-19. Sin embargo, la desaceleración del consumo interno de biocombustibles en Argentina estuvo acompañada por un duro retraso en los precios de los biocombustibles, lo que fue perjudicial para el sector. Durante el año 2020 la Secretaría de Energía sólo aumentó los precios del biodiesel y el bioetanol en una oportunidad, incrementándolos en apenas un 10% en octubre (Resolución 4/2020), frente a una inflación anual que alcanzó el 36,1% según INDEC y precios de soja y maíz que aumentaron 108% y 92% en pesos, y 48% y 36% en dólares, respectivamente.

La producción de biodiesel en 2020 alcanzó 1.030 TEP, el volumen más bajo desde 2009, cuando la producción del biocombustible a partir de la soja era aún incipiente (las primeras inversiones de escala en el sector se hicieron en 2007). En el caso del bioetanol, su producción cayó a 410 TEP en 2020, el peor resultado desde 2014, también en la etapa inicial de esta industria que comienza a operar a escala en 2012.

Biocombustibles: recuperaron producción en 2021, pero la demanda interna sigue sin despegar 

A la fecha, la Secretaría de Energía no ha publicado aún el Balance Energético consolidado para el año 2021. Sin embargo, sí ha publicado mensualmente la producción (en toneladas) de biodiesel en base a soja y bioetanol de maíz y caña de azúcar. Estos datos referentes a las dos mayores fuentes energéticas que surgen de la agroindustria resultan muy útiles ya que son representativos del sector.

En 2021, la producción de biodiesel fue de 1,7 millones de toneladas (Mt) exhibiendo un aumento del 49% respecto del 2020 pero ubicándose un 24% por debajo de la producción promedio de los últimos 5 años. La industria del biodiesel ha experimentado considerables fluctuaciones a lo largo de su historia, gran parte de ellas motivadas por políticas económicas restrictivas al comercio o consumo, tanto en la esfera internacional como doméstica.

El último año, por ejemplo, la recuperación en la producción estuvo motivada fundamentalmente por la demanda externa. En 2021, las exportaciones de biodiesel duplicaron a las del 2020 alcanzando 1,2 Mt, lo que equivale al 71% de la producción. Aun así, los despachos del biocombustible se ubicaron por debajo del promedio exportado de los últimos cinco años. El consumo interno de biodiesel, lejos de mostrar una recuperación interanual como las exportaciones, volvió a caer y acumula una caída del 61% desde 2019. Solo en 2021, su consumo se recortó un 11% contrastando con el mayor consumo de gasoil (se consumen conjuntamente) que aumentó un 15% interanual.

En el albor de su desarrollo, la producción nacional de biodiesel alcanzaba 711.864 toneladas en 2008, con una capacidad instalada de menos de 1 Mt/año. Trece años después, con una capacidad industrial casi cuatro veces mayor, Argentina anotó una producción de 1,5 Mt, que solo duplica la producción de 2008. La baja participación del biodiesel en el consumo interno de combustibles, el régimen estatal de control de precios, la nueva ley de biocombustibles y las barreras paraarancelarias de potenciales mercados de exportación ponen un límite al crecimiento del sector, que actualmente opera con amplia capacidad ociosa.

Por otra parte, la producción de bioetanol -considerando conjuntamente maíz y caña de azúcar- el último año fue de 1 Mt. Así, la industria originó un 26% más de volumen que en 2020 y superó en un 2% la producción promedio de los últimos 5 años. Dado que el bioetanol se comercializa exclusivamente en el mercado interno para corte de naftas, se observa que la variación positiva del consumo de las naftas en 2021 (+30%) se encontró en línea con la del biocombustible.

Fuente: BCR News.

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